En el rincón más profundo de mi corazón,
donde susurra el viento y danza la razón,
ahí florece un amor que no entiende de tiempo,
Magie, eres mi musa, mi dulce aliento.
Tus ojos son dos faros que iluminan la noche,
cada mirada tuya es un mágico broche.
Cuando me miras, el mundo se detiene,
y en ese instante sagrado, el amor se sostiene.
Tu risa es un canto que embriaga mis días,
una melodía suave que ahoga las frías.
En cada carcajada encuentro mi hogar,
un refugio cálido donde quiero habitar.
Eres la flor que brota en el campo dorado,
la luz que me guía cuando estoy desorientado.
Contigo a mi lado, el tiempo es un susurro,
cada segundo contigo es un hermoso murmuro.
Hoy te prometo amarte sin límites ni fin,
ser tu sombra y tu luz en este bello confín.
Magie, eres el sueño que nunca quiero despertar;
mi amor por ti es eterno; siempre va a brillar.
Así te dedico este poema sincero,
un canto desde el alma que nunca es ligero.
Que nuestro amor crezca como un río sin cesar,
Magie, eres mi todo; contigo quiero soñar.